¿Cuántos hombres habrán pasado por mi vida? ¿veinte? ¿tal vez treinta?. Ni siquiera yo estoy segura. A veces me pregunto por qué lo hago, simplemente necesito llenar este vacío, que tal vez por inmadurez, llevo dentro. Necesito ese cariño que él me puede dar. No hago más que buscarlo, pero se me escapa entre los dedos.
Vacío. No se cómo describirlo. Tal vez sea eso que sientes cuando le has dado parte de tu corazón a alguien y cuando ese alguien desaparece de tu vida, te queda ese vacío para siempre, hasta que llegue él y lo llene, lo llene con su presencia. ¿Es posible que sea un signo de inmadurez? Tal vez yo sea una idiota que necesita a algiuen para ser feliz...
No, yo ya soy feliz, pase lo que pase con este vacío mi vida sigue. Creo tener todo lo que necesito para ser feliz: una familia que me quiere, unos amigos geniales que están ahí siempre... Pero ese vacío siempre lo siento ahí, no puedo evitarlo. Es como si mi vida fuera de colores, colores alegres, en los que una pequeña mancha negra rompe la armonía de mi mundo interior. Pero sé que podré seguir adelante, podré con todos los obstáculos de la vida. Hasta que esa persona llegue, y mi vacío se esfume, como si nunca hubiese estado ahí. Yo no busco a nadie, busco la manera de jugar a la vida sin sufrir, con lo que llegue y con lo que se vaya seré feliz. Porque por muchas razones que me hagan estar triste, siempre encontraré lo que me haga sonreir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario